Afrontar un diagnóstico de cáncer es un proceso muy doloroso y angustiante, por el fuerte impacto de esta enfermedad y su posible desenlace. Tanto para la paciente, como para sus familiares más cercanos, convivir con el torrente de emociones y sensaciones que desencadena la enfermedad precisa, en muchos casos, de atención psicológica.
Existen ayudas especializadas que pueden aminorar este impacto, sobre todo porque son necesarias para preservar la estabilidad durante el tratamiento prescrito que siempre depende de las características de cada tipo de diagnóstico. El miedo y la angustia son habituales e inevitables.
En muchos casos, existe un bloqueo emocional que hace que, como familiares de la persona enferma, nos sintamos incapaces de abordar la situación. ¿Es normal no saber cómo ayudar? ¿Cuál es nuestra mejor manera de mostrar ayuda? No existen recetas que remitan de manera inmediata estas fases necesarias, pero puedes infórmate sobre la enfermedad, el diagnóstico y los tratamientos que va a recibir la persona enferma, sobre las reacciones emocionales más habituales y las preocupaciones más frecuentes.
Trata de compartir con naturalidad y sin dramatismos intentando mantener una ACTITUD POSITIVA y tratando de transmitirle apoyo y energía, sobre todo en los momentos en los que la paciente pueda estar más débil o desanimada. Será importante transmitir en un primer momento serenidad y potenciar que la persona pueda contribuir al tratamiento sin agravar la situación por el impacto lógico psicológico que ello comporta.
Numerosos estudios han demostrado que hay mayor porcentaje de recuperación en personas que tienen niveles altos de defensas tanto físicas como psicológicas.
¡Ánimo, nunca estaréis solas!
Artículo escrito por:
Neuropsicóloga
Formadora
Psicóloga G. sanitaria
Psicóloga forense LOPF Alicante.
Docente Universidad Europea.
GIEDAC U. Valencia
Colaboradora de nuestro proyecto «El cable rosa»